Estoy sentada hace días, mirando una ventana. Una ventana que no tiene mucho que decir, pero para mí ,sí tiene un significado. Ver pasar cada experiencia de uno ( o una) para poder aprender a mirar para atrás y sentirse menos usado. Menos opaco.
Las palabras oscuras son mi fuerte. Hoy sólo soy una mujer que sueña con un despertar sin llanto. Mañana, ¿ qué pretensión tendré?. La revolución me queda muy corta. Me exprimo por todas partes. Me exprimen. Hay unos hombres sentados mirándome desde otra ventana. Esa ventana es rectangular, con uno de los vidrios rasgados. Alrededor tiene mosaicos de varios colores. Lo recuerdo porque esos colores me gustaban. Y me miraban atentos. Yo no estaba segura de saltar, pero ellos menos. Me miraban para intentar llenarme la mirada vacía con la cual yo los observaba. Y me invitaban a unirme a ellos. Yo me quedaba esperando algo que no iba a llegar y decía No. Actitud medio soberbia. No puedo evitarlo. Quisiera ser menos pretensiosa. Menos idealista. Bajar a la tierra y mirarme. Mirarme en serio, no de mentira. Las figuras que se crean cuando me miro en el espejo, son tan ficticias que aún no las comprendo, pero yo las sigo mirando. El día en que me mire y me vea realmente, ese día voy a hacer una mujer libre. Mientras tanto seguiré siendo sombras de nada. Sombras que parten y no llegan a nada.
Me río, porque la vida es ambigua, y me encanta la libertad que tiene uno mismo para ir recorriendo su historia. La historia mantiene vivo a los pueblos. Les da identidad. A mí, mi historia me mantiene viva. Es más, se me es imposible no pensar que sería de mí, si no recordara mi historia.
Mi primera palabra. Los pasos por la primaria. El viaje de egresados de séptimo grado. Mi primer beso. Mi primer novio. Mis primeros contactos con el sexo (qué iba a saber yo que luego me marcarían tanto). Mi cuerpo pasando por distintos sectores, estadios, lugares, personas, otros cuerpos apretándome. Hasta llegar a la actualidad. Toda la revisión que hago, es la que hoy me conforma, y todo lo que haga hasta la próxima vez que lo piense de nuevo, va a ser una nueva conformación de mí. En ese tipo de libertad pienso, cuando me pongo melancólica.
Hoy sólo tengo algo muy en claro. No sé escribir, y no tengo la más mínima intención de superar a nadie, de crearme algo, de creerme alguien. Sólo escribo para mí, las cosas que describo son subjetivas, y a menos que alguien muy puntual sienta lo mismo, dudo que los demás lo entiendan. Pero lo publico igual. Primero porque es más fácil escribir a maquina (¡ a pc digo!) y segundo porque ojalá, encuentre a alguien que sienta, por lo menos, un cuarto de las cosas que siento yo ( Pensamiento inconsciente aclarado).
La liberación será larga, pero yo me siento en esa ventana y la espero.
Gracias compañero por haberme dado tanto.
Esos hombres no están más ahí. Desaparecieron mientras me di la vuelta. Quiere decir que me encuentro sola de nuevo. Debo elegir. No voy a saltar. Necesito la vida para liberarme y tampoco va a alcanzar. Igual no estaría segura, pero es mejor dar plazos largos, para que la gente no se llene de esperanzas de una construcción extensa.
Mientras, yo sigo pinchándome cada vez que me despierto, para saber si sigo viva, o si estoy soñando. Y la felicidad que siento de saber, que día a día, mes a mes, año a año, voy creciendo me hace sentir de la madre, porque crecés al lado mío. Y juntos vamos hacia el camino de la liberación, Esa es la única duda que tengo resuelta.
Hasta mañana.
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