lunes

lo cotidiano

Ven y trépame los muros.

Reviéntate sobre mí y cae a mis uñas.

Trépame entera que esta noche no existe la piedad.

Revolotéame como pájaro cuando provoca a un gato.

Erízame la piel de la que hoy no podemos escapar

Para reencarnar en un deseo más profundo, el de morir con vos.

Mis huesos piden clemencia, tus ojos me dicen lo contrario

Y yo me apego a ese sin fin de sentimientos

Que son los del sentir a un metro de distancia

Ese calor infrahumano que nos congela en una fotografía

Que ya no vamos a ver.

Lo que estuvo va a ayudarnos. Lo que no, sigue pegado en ese muro

Que no vamos a volver a ver, nunca más.

Si me diesen la oportunidad de salvar al mundo

Elegiría esta enfermedad todos los días.

El saber que me siento loca.

El saber que cada día amo a las diferentes personas que conozco

Que me embebo de la belleza de cada uno y cada una

Para nutrirme la sangre y sentir que este deseo

Del cual pocos pueden interpretarlo de buena manera y con buena leche,

No es tan lejano.

No es tan insensible, los pueblos, el amor, lo honesto.

Tu boca, mi cielo, el mundo y la vida.

Palabras que atiernizan el odio putrefacto de los cerdos del ayer y del hoy

¡Ven valiente!, trépame los muros,

Reviéntate sobre mi y cae a mis uñas

Trépame entera que esta noche no existe la piedad

Revolotéame como pájaro cuando provoca a un gato

Erízame la piel de la que hoy no podemos escapar, para

Reencarnar en un deseo más profundo.

El del liberarme con vos.

No vamos a verlo más

Ese calor nos congeló.

Ese caos, quedó plasmado, hoy y siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario